Hace varias semanas atrás, en el Bernabeu se esperaba que pasara esta semana para terminar de despedirse del técnico luso y caerle por la eliminación de la Copa del Rey y por la mala liga que tuvo el conjunto blanco. Para sorpresa de todos, Mourinho ha derrotado al club catalán de visitante y de local en apenas 5 días, pasando de "míster" odiado a amado.
Esta semana fue rara para el fútbol mundial, los culé perdieron 3 de los 4 partidos que jugó y el Real lo pasó por encima. Desde lo estratégico, el Real fue protagonista, anuló a Messi y desconectó a Iniesta, armó un bloque, le dio la pelota al Barcelona pero no le entregó espacios. En ataque, puso a Ozil (Kaka, en el Bernabeu) y utilizó mucho las bandas y las pases en profundidad para dejar a sus delanteros de cara al arco, con espacios y una defensa en retroceso, el panorama ideal para los del "The Special One". ¿Qué más le podía pasar a Barcelona? Que el defensor más flojo de su equipo se mida con el capitán moral del merengue, hablo de Piqué y Ronaldo. Cristiano fue tan clave en ambos partidos que ahora el peso recae sobre Messi, pues CR7 convirtió de a dos en el Camp Nou y cuando entró en el segundo tiempo por la liga, remató al arco mas veces que todo el 11 del Barcelona.
En Barcelona, el mismo toqueteo de siempre pero sin profundidad para atacar, no tan punzante, muy estático. La defensa catalana hace tiempo que hace agua, diría años, pasa que no se nota porque casi no lo atacan, pero el Milán y el Madrid ya le armaron partido y entre los dos ya le hicieron 7 goles en tres partidos.
Mourinho demostró su chapa de técnico ganador, arrogante, autoritario, verborrágico, altanero pero ganador, por sobre todo. A Roura le pesa la falta de Vilanova y no puede torcer la fea situación del equipo de la masía. Ahora queda la Champions, los blaugranas buscaran esa levantada histórica que le queda cumplir y el Madrid, busca la décima corona europea, porque Mourinho quiere acallar las voces de revolución que se escuchan en su cancha
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