Luego de ver el partido del Bayer contra Juventus en palco preferencial, al otro día debía viajar a España para ver una de las llaves de 4º de Final de la Champions, por ello cuando se hizo la hora me senté y cambié de canal para ver al Real Madrid.
Por un lado se encontraban Alonso, Ozil y Ronaldo; mientras que en el Galatasaray estaban Altintop, Sneijder y Drogba. A simple vista parecía que iba a ver un solo ganador, pero la gente se animaba a ponerle un manto de misterio y signos de preguntas basadas en la calidad individual del conjunto turco. Nueve minutos necesito Ronaldo para despejar las nubes y mostrar una noche estupenda.
En el principio el Real dominó la pelota y ejercía una presión bien arriba, con Di maría como estandarte del ataque blanco. A los visitantes les costaba acomodarse en cancha, no tenían la pelota y Sneijder y Drogba quedaban aislados para la creación de peligro. A los 9 minutos, un pelotazo (de excelencia) de Alonso para Ozil que la bajo y en diagonal armó una pared con Benzema, la recibe nuevamente el alemán poniendo un pase preciso a Ronaldo que define por encima del arquero. Una muestra de precisión, velocidad y verticalidad.
Ese gol tempranero cambió el andar del partido ya que obligó a los retadores a salir de la mentalidad defensiva y proponer algo más. No fue suficiente, una defensa madridista que ahogó a sus delanteros, no los dejó acomodarse dentro del área, desconectando a Sneijder y obligando a remates forzados desde afuera que casi no inquietaban a Diego López. El partido se conformaba así: el Galatasaray atacaba sin ideas y el Madrid "aprovechaba" los espacios para contragolpear (las comillas son porque, al igual que hace mucho tiempo, al sentir el partido controlado los blancos se duermen y no atacan con precisión para liquidar el partido). En 29 minutos, cuando los turcos empezaban a desbordar la defensa, una aparición de Essien por la banda derecha por sorpresa, sirvió para que este envié un centro que Benzema controló sin problemas para cruzar el remate al segundo palo y poner el 2 a 0, que sentenciaba el partido. El Madrid siguió generando contras y peligro más por obligación que por voluntad propia. En el segundo tiempo, Higuaín (entró por el delantero galo) cabeceó un tiro libro (muy reclamado) de Alonso para poner el definitivo 3 a 0.
En resumen, el Madrid ganó un partido que para muchos sería peligroso y lo hizo caminando. Lo mejor del Real es la variantes de juego ofensivo que posee, ataca y maneja la pelota hasta abrir el marcador y de ahí en más juega con los nervios y espacios rivales; tiene jugadores para adaptarse a cualquier necesidad de juego. En el podio personalmente pongo a Ozil, que con pinceladas demuestra su calidad y que no necesita participar 90 minutos para descollar; a Ronaldo, más por abrir el partido y por arrestos individuales; y a Xabi Alonso el preferido de Mou, recuperador y generador de juego y salidas peligrosas para los atacantes compañeros.
Ahora descansa y piensa en la Liga, sabe que tiene un pie en la siguiente fase y que llega a Estambul con mucho oxígeno para la vuelta. El Real ha triunfado y no dejó que las nubes de las sospechas empañe una fiesta en el Bernabeu.
Por un lado se encontraban Alonso, Ozil y Ronaldo; mientras que en el Galatasaray estaban Altintop, Sneijder y Drogba. A simple vista parecía que iba a ver un solo ganador, pero la gente se animaba a ponerle un manto de misterio y signos de preguntas basadas en la calidad individual del conjunto turco. Nueve minutos necesito Ronaldo para despejar las nubes y mostrar una noche estupenda.
En el principio el Real dominó la pelota y ejercía una presión bien arriba, con Di maría como estandarte del ataque blanco. A los visitantes les costaba acomodarse en cancha, no tenían la pelota y Sneijder y Drogba quedaban aislados para la creación de peligro. A los 9 minutos, un pelotazo (de excelencia) de Alonso para Ozil que la bajo y en diagonal armó una pared con Benzema, la recibe nuevamente el alemán poniendo un pase preciso a Ronaldo que define por encima del arquero. Una muestra de precisión, velocidad y verticalidad.
Ese gol tempranero cambió el andar del partido ya que obligó a los retadores a salir de la mentalidad defensiva y proponer algo más. No fue suficiente, una defensa madridista que ahogó a sus delanteros, no los dejó acomodarse dentro del área, desconectando a Sneijder y obligando a remates forzados desde afuera que casi no inquietaban a Diego López. El partido se conformaba así: el Galatasaray atacaba sin ideas y el Madrid "aprovechaba" los espacios para contragolpear (las comillas son porque, al igual que hace mucho tiempo, al sentir el partido controlado los blancos se duermen y no atacan con precisión para liquidar el partido). En 29 minutos, cuando los turcos empezaban a desbordar la defensa, una aparición de Essien por la banda derecha por sorpresa, sirvió para que este envié un centro que Benzema controló sin problemas para cruzar el remate al segundo palo y poner el 2 a 0, que sentenciaba el partido. El Madrid siguió generando contras y peligro más por obligación que por voluntad propia. En el segundo tiempo, Higuaín (entró por el delantero galo) cabeceó un tiro libro (muy reclamado) de Alonso para poner el definitivo 3 a 0.
En resumen, el Madrid ganó un partido que para muchos sería peligroso y lo hizo caminando. Lo mejor del Real es la variantes de juego ofensivo que posee, ataca y maneja la pelota hasta abrir el marcador y de ahí en más juega con los nervios y espacios rivales; tiene jugadores para adaptarse a cualquier necesidad de juego. En el podio personalmente pongo a Ozil, que con pinceladas demuestra su calidad y que no necesita participar 90 minutos para descollar; a Ronaldo, más por abrir el partido y por arrestos individuales; y a Xabi Alonso el preferido de Mou, recuperador y generador de juego y salidas peligrosas para los atacantes compañeros.
Ahora descansa y piensa en la Liga, sabe que tiene un pie en la siguiente fase y que llega a Estambul con mucho oxígeno para la vuelta. El Real ha triunfado y no dejó que las nubes de las sospechas empañe una fiesta en el Bernabeu.
Hola, no era tan difícil como las otras llaves aunque algunos pensaran.
ResponderEliminarBuenísimo informe como siempre.